El municipio de Zufre es un gran lugar para senderistas y amantes del aire libre, con muchos senderos para explorar. Hoy vamos a comentar la ruta «Camino de las tobas«.
El lugar de partida del sendero se localiza en la confluencia del camino de Las Tobas con la carretera provincial HU-8132 que une las poblaciones de Higuera de la Sierra con Zufre, aproximadamente a 1,5 kilómetros del primero.
La ruta arranca con una ligera cuesta descendente que discurre por tramos de empedrado que confieren al camino un bonito aspecto atractivo a la vez que favorecen su mantenimiento. A escasos metros del inicio, se encuentran dos abrevaderos para el ganado cavados en la propia roca caliza natural, lo que favorece su plena integración en el entorno paisajístico.
El sendero prosigue su recorrido por una ladera con una orientación dominante de solana que configura un paisaje con poco arbolado (encinas y olivos) y matorral xerófilo. El camino discurre entre la pendiente de la ladera y la hilera de muretes de piedra que la separan de las parcelas situadas bajo ella. A medida que la pendiente de la ladera se hace más pronunciada, el muro adquiere una funcionalidad de contención y protección para el caminante. Por esta razón, el último tramo está coronado por una balaustrada de piedra cuyos pilares principales están unidos por talanqueras de madera, favoreciendo así la visibilidad del paisaje.
A medida que nos acercamos al final de la ruta, el caminante puede apreciar por encima de la pendiente del sendero el acantilado calizo que sobresale del terreno y que es el objeto de mayor interés del recorrido. La acción del agua que penetra a través de la piedra disuelve parte del carbonato cálcico y lo traslada el manantial, punto en el que, debido al brusco cambio de las condiciones ambientales, la cal precipita sobre la propia roca, dando lugar, con el tiempo, a la formación de costras calcáreas conocidas como «tobas» o «travertinos».
Otro punto de gran interés que podemos observar en este yacimiento es que la fuente de agua a través de la roca ha ido abriendo una pequeña cueva desde la que el agua se precipita en caída libre a modo de pequeña cascada que tras periodos de fuertes lluvias se transforma en verdaderos «caños». Al pie de la cueva (donde se puede ver una imagen de la Virgen de Lourdes), un modesto mirador permite al visitante disfrutar de una bonita perspectiva de los alrededores del Barranco del Burro.